Hoy, 7 de octubre de 2025, se cumple un año desde que la radio chilena perdió una de sus voces más entrañables: Sebastián Valdés Faúndez, conocido cariñosamente como “El Gatito Regalón”. Su partida dejó un vacío profundo entre colegas, oyentes y familiares, pero también consolidó un legado imborrable en la comunicación radial de nuestro país.
Un viaje sonoro de más de cinco décadas
Sebastián nació en Constitución, su amada “Perla del Maule”, la tierra que lo vio nacer y también a la que volvió. Desde muy joven mostró una inclinación natural por la radio. Su carrera comenzó en 1969 en Radio Constitución AM, conduciendo programas en vivo que lograban tocar el corazón de su comunidad. Su voz cálida, cercana y auténtica rápidamente conquistó a los oyentes, quienes veían en él no solo a un locutor, sino a un amigo que los acompañaba en cada transmisión.
Con el paso del tiempo, Sebastián llevó su talento a distintas ciudades del país:
- En 1974 se trasladó a Radio La Portada en Antofagasta.
- Luego formó parte de Radio Chena en San Bernardo y Radio Portales en Santiago, donde permaneció ocho años, destacándose como locutor comercial y consolidando su estilo único.
- Posteriormente, se integró a Radio Santiago, donde permaneció cinco años, un período recordado por colegas como uno de los más fructíferos y creativos de su carrera en la capital.
Fue en la Región del Maule donde Sebastián consolidó gran parte de su identidad radial:
- En Radio Libertad de Curicó lideró durante doce años el programa “La Mañana de Libertad”, que se convirtió en un referente para la comunidad local.
- También pasó por Radio Artesanía (Chimbarongo) y Radio Fantástica, llegando incluso a comunidades rurales los domingos.
- Más adelante, trabajó en Radio RTL (Radio Tropical Latina), donde su programa “Un domingo, Inolvidable” conquistó a los amantes de la música del recuerdo.
- En sus últimos años de radio trabajó en Radio Inolvidable, donde cada sábado, de 16:00 a 20:00 horas, su programa “La Gran Tarde del Sábado” recibía las llamadas de sus auditores, de sus chicas y de su siempre leal presidenta del club. Cada comunicación al aire era acompañada por su secretaria, quien interrumpía su locución con la frase: “Disculpe, mi señor, tiene una llamada”. Así, complacía musicalmente a sus oyentes, pero además tenía dos secciones que eran sus favoritas, ya que siempre se consideró un amante del tango y del bolero. Las secciones “La Esquina del Tango” y “El Rincón del Bolero” se convirtieron en verdaderos clásicos para la audiencia, evocando emociones y recuerdos en varias generaciones de oyentes.
“Cuando escucho su programa, siento que me acompaña en cada tarde. Era más que un locutor, era un amigo”, recuerda emocionada una oyente que aún sigue recordando sus transmisiones.
Más que voz: un hombre cercano, reflexivo y creativo
Sebastián no solo fue un locutor excepcional; también fue un hombre reflexivo y creativo. Grabó reflexiones que se emitieron en distintas emisoras locales, compartiendo pensamientos cargados de nostalgia, cariño y sabiduría.
Además, escribió el libro “Reflexiones de un escritor en tiempos de pandemia”, un testimonio de su capacidad para transmitir emociones y experiencias a través de la palabra escrita. En sus páginas, Sebastián mostraba la misma cercanía que lo caracterizó al micrófono, conectando con los lectores de manera íntima y genuina.
En 2022, el municipio de Curicó reconoció su aporte a la ciudad otorgándole un galardón durante la celebración del Día del Patrimonio, como homenaje a su extensa labor radial y al impacto que tuvo en la comunidad local.
Quienes trabajaron con él destacan su humanidad: atento, cariñoso, entusiasta y siempre dispuesto a escuchar. Ivonne García Jaramillo, directora de Radio Inolvidable, lo recuerda como “un hombre tremendamente cariñoso, cercano, amante de la radio”, capaz de mantener su energía y sentido del humor incluso en los días más difíciles.
La despedida y un recuerdo que perdura
Sebastián falleció el 7 de octubre de 2024, a los 72 años, tras una enfermedad terminal diagnosticada meses antes. Su velatorio se realizó en la Iglesia La Merced en Curicó, y sus funerales se llevaron a cabo en su ciudad natal, Constitución.
La respuesta de la audiencia fue intensa: miles de mensajes, recuerdos y homenajes llenaron redes sociales, emisoras y plazas de la región.
Hoy, un año después, su voz ya no se escucha en el éter, pero su espíritu sigue presente en cada canción, en cada saludo al micrófono y en cada oyente que lo recuerda con emoción. Su legado no solo vive en la radio, sino en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de escucharlo y compartir su pasión por la música y la comunicación.
Sebastián Valdés Faúndez, “El Gatito Regalón”, sigue siendo sinónimo de calidez, profesionalismo y amor por la radio. Su historia es un recordatorio de cómo la voz de un hombre puede acompañar, consolar y conectar generaciones.